Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)

La Degeneración Macular Asociada a la Edad —DMAE— no es una única enfermedad con un tratamiento estándar, sino que depende del tipo que sea, se sigue un procedimiento u otro.
Los dos tipos de DMAE más comunes son:

DMAE seca. Es la más frecuente entre los pacientes que sufren esta enfermedad. Dependiendo de la persona y de su caso, es posible que incluso ni siquiera se necesite tratamiento ya que su avance suele ser lento a lo largo de los años. Lo que sí es necesario es vigilarlo porque existe cierto riesgo de que se convierta en DMAE húmeda.

DMAE húmeda. Este tipo es el menos frecuente y el que puede tener más consecuencias. No obstante, hay un tratamiento específico.

Se trata de unas inyecciones intraoculares que se administran con cierta frecuencia para detener el avance de la enfermedad.

Estas inyecciones no causan ningún tipo de dolor, ya que antes se anestesia el ojo con unas gotas.

El tratamiento para esta enfermedad no recupera la visión, sino que impide que la enfermedad siga desarrollándose. Por lo tanto, es un tratamiento crónico y de larga duración.

Lo más importante son las visitas de revisión a partir de los 40 años para poder diagnosticarla lo antes posible. 

Además, los hábitos en las personas también influyen directamente en las posibilidades de sufrir o no DMAE: 

• Las personas fumadoras tienen el doble de posibilidades de tener esta enfermedad que los no fumadores. Y de que si la tienen, avance más rápido.
• Mantener una dieta equilibrada, baja en grasas. 
• Practicar ejercicio de forma habitual y mantenerse activo también ayuda a prevenir la enfermedad. 
• Si hay familiares que han sufrido esta enfermedad, aumentan las posibilidades de padecerla, por lo que las revisiones son imprescindibles en estos casos. 

En tu primera visita con nosotros, el Dr. Miguel Castilla te realizará un cuestionario para identificar y definir al máximo posible síntomas, antecedentes y otras patologías (si las hay).

Más tarde, llevará a cabo toda una serie de pruebas para ver cómo está tu ojo y la calidad de tu visión.

Estas pruebas incluyen una revisión de tu graduación, el Test de la rejilla de Amsler, una exploración a fondo de tu ojo, entre otras. 

En ningún momento sentirás dolor o molestias durante estas pruebas. 

A partir de ahí, el Doctor te dará el diagnóstico y sus recomendaciones a seguir según tu caso concreto.

Como siempre, depende de cada persona. Ten en cuenta que la DMAE es la segunda causa de ceguera en el mundo, por lo que las revisiones periódicas a partir de los 40 para prevenirla son muy importantes.

El tratamiento para la DMAE —las inyecciones intraoculares que comentábamos— paran el avance de la enfermedad pero no recuperan la visión.

No tratarte de esta enfermedad (en el caso de que la tengas) podría tener consecuencias muy graves ya que irías perdiendo visión progresivamente.